Las patologías cutáneas infecciosas en los pies son muy frecuentes, los microrganismos más comunes que las causan son los virus, las bacterias y los hongos.
Infecciones víricas (VERRUGAS)
Son causadas por el virus del papiloma humano (V.P.H). Las verrugas plantares o papilomas son pequeñas tumoraciones benignas localizadas en la piel y que afectan a un 10% de la población. El contagio se produce de manera directa entre las personas. El virus entra en la piel a través de lesiones como pequeños cortes, hematomas o pequeñas heridas. El periodo de incubación del virus en el cuerpo humano va de entre 4 semanas a 8 meses.
Las verrugas producen un engrosamiento de las capas de la piel y se pueden confundir con una lesión hiperqueratosica (dureza o callo) retrasando su diagnóstico y tratamiento. Las podemos encontrar de manera aislada o en grupo formado como una coliflor. Es muy importante su diagnóstico y su tratamiento ya que son muy contagiosas.
En Podoclínic Castellón contamos con gran diversidad de tratamientos por lo que se valorará el más adecuado para cada paciente en función de la edad, tipo de lesión, tamaño, localización y tiempo de evolución.
Infecciones bacterianas
Son causadas por bacterias, microorganismos microscópicos que tienen una sola célula sin núcleo y que viven en todo tipo de medios y ambientes.
Este tipo de infección sucede por un desequilibrio de los factores que presentan las dos figuras fundamentales de este proceso, el huésped y el microorganismo.
El huésped presenta unos factores propios, locales y generales que influyen en el posible desarrollo de la infección. Nos referimos dentro de los factores locales a las propiedades físico-químicas y biológicas del individuo (ph bajo, temperatura, sequedad, integridad de la piel, flora cutánea…). Dentro de los factores generales hablamos del estado inmunológico de la persona y aspectos ambientales.
El microorganismo presenta unos factores propios también, las propiedades patogénicas y la masividad del inóculo. Una piel que no se encuentra en un estado óptimo favorece la patogenia de la bacteria, su capacidad invasiva, su producción de enzimas y sus propiedades toxigénicas.
Las infecciones cutáneas se clasifican en primarias, secundarias o terciarias o sistémicas. Las primarias suceden por invasión directa o por toxinas circulantes, generalmente estas y las secundarias que son por sobreinfección son las que vemos los podólogos en consulta.
Algunos ejemplos de infecciones primarias localizadas en el pie son la paroniquia y la queratolisis puntacta. En cuanto a infecciones secundarias, ponemos el ejemplo de la sobreinfección de una ulcera en un paciente diabético.
En podología, en general, suelen ser poco frecuentes.
Infecciones micóticas (HONGOS)
Son causadas por hongos, microorganismos eucariotas que poseen unas características biológicas específicas que les permite formar un reino propio. Viven como parásitos porque no pueden sintetizar sus propios nutrientes. Los hongos capaces de causar micosis en él ser humano suelen ser saprofitos del hombre y pueden vivir de forma permanente con el sin causar infección y en determinadas circunstancias pueden producir infecciones.
Los hongos patógenos pueden afectar a cualquier órgano, pero las infecciones llamadas micosis superficiales o dermatomicosis son las más frecuentes. Éstas suelen ser de carácter benigno y afectan principalmente a las capas externas de la piel, las uñas, el cuero cabelludo y las mucosas, por igual a ambos sexos y en todas las edades.
En podología son frecuentes las infecciones micóticas por las condiciones y medios determinados en las que sitúa pie. El tipo de calzado, la humedad y el contacto con diversas superficies, como la arena. la higiene
Las circunstancias más propicias aparecen sobre todo en la época estival, cuando el calor y la humedad favorecen su incidencia e, incluso, el incremento de hábitos que facilitan su contagio, como son el uso de piscinas comunitarias, gimnasios o instalaciones deportivas con sus correspondientes duchas.
Onicomicosis
Es la infección que producen los hongos en las uñas. La onicomicosis depende de la edad, del área geográfica, la profesión, el sexo, la práctica deportiva, hábitos higiénicos, traumas, alteraciones vasculares y estado del sistema inmune.
Sus manifestaciones clínicas más frecuentes en la uña son el cambio de coloración, su despegamiento, la presencia de hiperqueratosis por debajo de la lámina ungueal, en ocasiones el mal olor y el aspecto quebradizo. Rara vez cursa con dolor y si sucede es por un tipo de hongo específico llamado cándida que se encuentra afectando a la zona de la cutícula, evitando que esta esté pegada, patología que recibe el nombre de perionixis y que en su estado avanzado se llama paroniquia.
Existe otros tipos de infecciones onicomicoticas que son indoloras como la subungueal distal lateral, subungueal proximal, la blanca o negra superficial, la distrófica o la endomix. Todas ellas son motivo de consulta podológica porque pueden contagiarse a otras uñas del mismo individuo o a la propia piel de este e incluso a las personas con las que convivimos.
Su tratamiento más habitual es el tópico y/u oral, el control de los factores predisponentes como por ejemplo el exceso de sudoración, los traumatismos ungueales, la oclusión y el control de las enfermedades predisponentes, como por ejemplo la diabetes o los estados de inmunosupresión y alteraciones vasculares.
En este tipo de patología es de especial importancia el cumplimiento terapéutico.