El estudio de la pisada pediátrica debe realizarse sobre los 4 años de edad en todos los niños, su objetivo es confirmar o descartar patologías estructurales en el miembro inferior del niño. No obstante, si antes de esta edad se observa algún hallazgo relevante en la marcha o en la morfología del pie debe consultarse. El podólogo es el especialista del pie y conoce muy bien los parámetros biomecánicos de normalidad de este y su relación con la extremidad inferior.

Existen dos opciones clave a la hora de valorar a los niños, que presenten parámetros de normalidad en todos los factores de interés, o que contrariamente presenten condiciones que les llevan a una o varias alteraciones estructurales. En este caso, cuando antes lo detectemos mejor, porque en algunas de estas patologías vamos a poder actuar y por tanto el pronóstico para el pie o resto de miembro inferior del niño va a ser mejor. No obstante, si no se pueden tratar estas condiciones, al menos conviene conocerlas para evitar factores que las pueden agravar y por tanto puedan repercutir en el desarrollo de una patología más grave.

En PODOclínic Castellón estudiamos la influencia que tienen entre si todas las estructuras involucradas en la marcha para asegurar un óptimo desarrollo funcional en el niño y disponemos de un protocolo específico para el diagnóstico de salud o de patología en el pie infantil garantizando así la prevención de lesiones en la edad adulta y un crecimiento favorable. Nos encargamos de valorar parámetros fundamentales, como la posición del eje subtalar, la altura del arco plantar, la movilidad articular del pie y la posición de los dedos del pie. 

En ocasiones los padres observan que sus hijos se cansan con facilidad, se quejan de las rodillas o de los pies, se tropiezan, se caen con facilidad o que andan de una forma característica. Estos signos pueden estar relacionados con alteraciones estructurales en el miembro inferior y deben ser examinados.

La relación de los pies con el resto de estructuras de la pierna es obvia, muchas veces ellos son los que causan problemas más arriba y otras veces, patologías superiores repercuten en ellos o en estructuras intermedias. Por ejemplo, los problemas de la columna lumbar, a veces una desviación de espalda crea asimetrías en el apoyo y otras, una estructura de pie plana genera dolencias lumbares. En la infancia y adolescencia, los tratamientos que tenemos para estas alteraciones aportan un mejor pronostico que en edades adultas.

La exploración biomecánica infantil, consta de 3 partes:

  1. Valoración en descarga, se realiza en la camilla. Valoramos cómo se comportan las diferentes articulaciones, segmentos del pie y el resto del miembro inferior sin apoyo. También resulta útil para valorar posibles lesiones dérmicas en el pie que nos pueden dar datos precisos del funcionamiento de ese pie. 
  2. Valoración en carga, en estática, se realiza sobre el podoscopio. Observamos las huellas plantares, y la posición que adopta la espalda, la cadera, las rodillas, las piernas y los pies al situarlos en apoyo.
  3. Valoración dinámica de la marcha, mediante plataforma de presiones y análisis con cámaras de video, valoramos la funcionalidad de todo el miembro inferior y estudiamos las diferentes fases de la marcha para comprender mejor la biomecánica del niño.

Los resultados permiten conocer la normalidad o en su defecto la alteración funcional que puede tener cada niño, de manera que podemos confeccionar un tratamiento personalizado como unas plantillas a medida en el caso de tener que controlar algún exceso de movimiento, o recomendar un calzado con determinadas características en función de su tipo de apoyo. También pueden ser útiles ejercicios específicos, o la confección de alguna ortesis a medida para el control de las malas posiciones digitales. 

En el caso del estudio de la pisada precoz (4-6 años) suele no ser necesario el uso de la plataforma de presiones, por tanto, el coste del mismo si no se quiere informe clínico de la visita es menor.

A continuación un vídeo en el que la Doctora Andrea Roca explica una curiosidad en los bebés, el reflejo de presión plantar.